En la República Dominicana no se encuentra de manera académica y oficial la figura del Asesor Fiscal, mucho más definida en España desde finales del siglo pasado.
Los abogados, contadores, economistas, etc. empiezan a poner en sus presentaciones y tarjetas esta especialidad en el país caribeño.
Y aunque el calificativo “fiscal” trata de enfocar a esta profesión solo en el aspecto tributario, hay que reconocer que la experiencia de la profesión, y la exigencia de ésta, le da un marco de actuación mucho más amplio.
El Asesor Fiscal es un especialista en Derecho Tributario, conocedor del marco juridico de aquellos territorios en los que asesora. Conoce además el Derecho de Empresa desde su parte civil, comercial, corporativa, patrimonial, mercantil y laboral; consiguiendo así un nivel alto de cumplimiento, y un riesgo bajo de intervención de la Administración Pública. Sabe como abrir tanto un pequeño negocio, como una gran multinacional, y cerrarlos o liquidarlos en el momento necesario, atendiendo a todas las repercusiones tributarias, sociales y de gestión necesarias. Conoce e interpreta la contabilidad, y establece planificaciones a corto y medio plazo, así como modificaciones y rectificaciones cuando descubre o advierte un problema. Habla claro a la Dirección del Empresa sobre el funcionamiento de la misma, y de las medidas a tomar, en caso de que sean necesarias
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