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Tax Administration 2022: Una revisión a la actualidad tributaria

Asesoría Fiscal Internacional

El pasado 23 de junio se publicó el informe  ”Tax Administration 2022”, por parte del Foro sobre Administración Tributaria (FTA) de la Organización para la cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Dentro del mismo, se observa información comparativa  del desempeño de las Administraciones Tributarias de al menos 58 países, los cuales, representan casi el 90 % del Producto Interior Bruto (PIB) de todo el Mundo.

El objetivo de este informe es en principio ayudar a las Administraciones a mejorar en sus cometidos, pero a la vez, del mismo, se pueden extraer conclusiones para los administrados, para saber en qué dirección se mueve la tributación y como puede afectarles.

De igual manera el Informe se nutre de una serie de iniciativas de tecnología tributaria, que nos habla de las nuevas herramientas y soluciones tecnológicas que se están utilizando por parte de la Administración.

Resumimos el Informe:

  1. EL COVID-19 Y LAS ADMINISTRACIONES TRIBUTARIAS.

Hay una relación directa entre la Pandemia y una reducción sustancial del nivel de recaudación del Fisco, más de 620 billones con “b” de barbaridad, menos de ingresos, y más de 200 billones en deuda no pagada.  

Una caída nunca vista en la atención presencial de más del 50%, y una subida de la atención digital en más de un 30%.

El informe destaca, muy en contra de la opinión generalizada  de los usuarios, que, a pesar de la  eventualidad, la calidad de los servicios prestados ha sido alta, y que las administraciones han sabido adaptarse. Todos sabemos, al menos a nivel local, la cantidad de problemas y paralizaciones que ha habido.

Bien es verdad, que la pandemia aceleró la implementación de los servicios digitales y nos asomó a nuevas formas de trabajo. Y ello está poniendo encima de la mesa de las Administraciones y también de los contribuyentes, una profunda reflexión para el futuro.

 

  1. PASOS HACIA LA TRANSFORMACIÓN DIGITAL.

El Informe desvela una tendencia hacia una Administración más electrónica, y ello en base a los más de 1.300 millones de contactos realizados en 2020, con un crecimiento del 27% anual.  Tal es el caso, que ya el 75% de las Administraciones tiene una estrategia digital definida, con interacciones más sencillas para que los contribuyentes puedan completar digitalmente, durante todas las horas del día, y durante todos los días.

Esta interacción ayuda sobremanera a mejorar el cumplimiento de obligaciones por parte de los contribuyentes, pues los hace participes de primera mano en su gestión, llevándolos también a transformación digital, útil para ellos, destacándose dos impulsos de esa transformación: su participación y la gestión de cumplimiento.

  Dentro de la participación del contribuyente son la Identidad y la verificación segura digital las que componen el centro del impulso. De igual manera, la colaboración de terceros, proveedores de servicios de los contribuyentes, tanto a nivel personal como comercial, es creciente y al margen de mejorar el nivel de cumplimiento, también descargan y reducen las tareas administrativas del mismo. Y ello, puede incluir actividades de creación conjunta, e intercambios directos de datos a través de aplicaciones.

 Sobre la gestión del cumplimiento, el informe reconoce que los enfoques de ese cumplimiento por diseño, llevan muchos años, por ejemplo en empleados asalariados y sobre el Impuesto sobre la Renta, a través de la retención y declaración de los empleadores (PAYE-Pay-As-You.Earn), y esta creciente disponibilidad en el intercambio de datos, permitirá la ampliación de nuevas fuentes de ingreso, y de otros tipos de contribuyente, con la presentación previa del Impuesto sobre la Renta de Empresa o el Itbis, en los formatos de versión borrador o pre-cumplimentadas.

Puede verse también que las Administraciones Tributarias pueden, a través de las técnicas digitales, visualizar mejor los riesgos, y ello:

-Por el uso de grupos de big data integrados. Y ahora ya  pueden las Administraciones, en un 90% de ellas, manipular y gestionar datos, como una parte más de su función central, usando herramientas y técnicas analíticas, que ya están incorporadas en sus sistemas.

-Por el uso del aprendizaje automático, pues de la misma manera que las Administraciones se acomodan al manejo de big data, aumenta la potencia informática y se mejora, en cantidad y rapidez, el análisis de riesgos. Ya el 70% de las Administraciones usan técnicas innovadoras para descubrir activos antes no  declarados e identificar nuevos riesgos. 

 

  1. CUALES SON LOS RECURSOS DE LAS ADMINISTRACIONES TRIBUTARIAS.

Parece que la falta  de presupuesto propio de las Administraciones sigue siendo un elemento crucial, aunque la mayoría declaran un aumento de los recursos operativos, pero se quejan de mayores responsabilidades, presiones de adaptación tecnológica y por supuesto, la movilidad de su estructura laboral.  

De nuevo la tecnología parece acudir en ayuda de las Administraciones a la hora de hacer presupuesto, y toda la automatización robótica de los procesos, facilita la cumplimentación de las tareas que podemos llamar repetitivas.  Y según este Informe, esta automatización ha aumentado de manera sustancial la eficiencia operativa, y la satisfacción de los empleados, que pueden dedicarse a tareas “más importantes”.

 

  1. SOBRE LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL.

Este informe se haya enmarcado dentro de un programa de intercambio de experiencias y conocimiento en el Foro sobre Administración Tributaria (FTA) de la OCDE, para que las Administraciones puedan aprender unas de otras, y las herramientas prácticas como el modelo de la OCDE-FTA en trasformación digital, facilita a las diferentes jurisdicciones el comprobar sus debilidades y fortalezas, además de fomentar una mayor colaboración.

Es precisamente esa colaboración o cooperación internacional la que está respaldando el uso tecnológico de big data, al abrir el acceso a grupos de datos entre países, y el intercambio de información (CRS de OCDE/G20).  Se proporcionan grandes volúmenes de datos a las Administraciones, sobre actividades trasfronterizas y evaluaciones de riesgo.

El hecho de este trabajo en conjunto y colaboración proporciona experiencia en la implementación de iniciativas globales que pudieran ser complejas, como lo son el Compliance Assurance Programme de la OCDE, o el Plan de acción BEPS del OCDE/G20, en los que contribuyentes y Administraciones cooperan de manera virtual, pero cercanos a la realidad, llevando a cabo las evaluaciones de riesgos fiscales internacionales. 

Esa experiencia de las Administraciones en sus procesos de adaptación digital pone sobre la mesa como paso siguiente, el cómo aplicar ese aprendizaje local en un ámbito más internacional, respaldando un intercambio de información a tiempo real que facilite certeza fiscal.

 

  1. REFLEXIONES FINALES

Este informe destaca sobre todo las variadas innovaciones que se están llevando a cabo en las Administraciones Tributarias, tanto en sus interacciones con los contribuyentes como en sus operaciones internas, dejando claro que la prestación de servicios digitales es una realidad en alza, que dará agilidad y flexibilidad, y será de vital importancia en un futuro que ya entra por la puerta.

En propia opinión, si bien se reconocen los diversos beneficios de la tecnología, se debe de establecer un marco mínimo de garantías y principios que cada jurisdicción debiera de implementar para garantizar unas herramientas fiables en el marco tributario. Al margen de los beneficios que representa su uso para las Administraciones, para los contribuyentes ese uso podría generar efectos negativos, que, de ser ignorados por los responsables de esas aplicaciones, podrían mermar los derechos y garantías de los contribuyentes.

Creo que merece la pena plantearse las  preguntas de ¿Si está preparada nuestra actual legislación tributaria para esa evolución digital? ¿Ofrece nuestra actual legislación tributaria un marco mínimo de garantías y principios que aseguren la aplicación de herramientas tecnológicas fiables y que mitiguen o eviten un potencial impacto negativo en los derechos de los contribuyentes?

Corremos el riego de adaptar nuestras legislaciones a las aplicaciones tecnológicas, y no el adaptar esas aplicaciones, a una previa legislación reguladora.

Migrar hacia una realidad  tecnológica y digital en el campo tributario implica pues –tal y como sostiene la Comisión Europea y la OCDE– que el uso de las herramientas de la tecnología vaya de la mano con la regulación de ciertas garantías y derechos para evitar y/o mitigar cualquier potencial afectación a los contribuyentes y para garantizarles la fiabilidad de las aplicaciones tecnológicas con las que se vean obligados a interactuar.

Muchas gracias.

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