La tan esperada reforma fiscal presentada por el Gobierno Dominicano en octubre de 2024, que generó un intenso debate entre empresarios, analistas, y ciudadanos, finalmente fue retirada. Pese a que el objetivo de la reforma era claro: mejorar la sostenibilidad fiscal y aumentar la recaudación para financiar los servicios públicos, las críticas fueron contundentes, tanto por su impacto negativo en sectores clave como el turismo y las zonas francas, como por el aumento de la carga impositiva sobre la clase media y baja. Ahora, con la reforma fuera de la mesa, es momento de analizar qué salió mal y explorar nuevas alternativas.
¿Por qué fracasó la reforma fiscal?
El proyecto de reforma fiscal que presentó el Gobierno dominicano estaba claramente enfocado en mejorar la recaudación a través de la eliminación de exenciones y un aumento en impuestos claves como el ITBIS (IVA dominicano) y el Impuesto sobre la Renta (ISR). Sin embargo, la eliminación de incentivos fiscales para sectores estratégicos, como el turismo y las zonas francas, provocó un rechazo casi unánime. Estos sectores han sido motores clave para el crecimiento del país, y su competitividad depende en gran medida de los beneficios fiscales que hasta ahora han disfrutado.
Además, la clase media también habría sufrido un duro golpe, ya que la eliminación de deducciones fiscales, como la de los gastos educativos, y el aumento del ITBIS sobre productos que anteriormente estaban exentos, habrían afectado directamente su poder adquisitivo. Todo esto en un contexto donde la informalidad es alta y la evasión fiscal sigue siendo un problema estructural.
El fracaso de esta reforma nos deja un vacío, pero también abre la oportunidad de explorar soluciones más creativas y eficaces. Tras haber dedicado bastante tiempo a analizar alternativas fiscales, quiero compartir una idea borrador que podría ser perfeccionada: la implementación de un impuesto único, basado en un sistema de retención automática del 10% en todas las transacciones económicas.
Propuesta de un Impuesto Único: Una Idea para Simplificar y Transformar el Sistema Fiscal
Mi propuesta se basa en una idea simple pero poderosa: una retención automática del 10% en todas las transacciones, ya sea entre personas o empresas. Esta retención se realizaría en el momento en que se efectúa cualquier pago o transacción económica y sería automáticamente transferida al gobierno. La idea detrás de este sistema es eliminar la complejidad y la evasión, mientras se asegura una recaudación constante y automática.
Repercusiones en la Economía
Un sistema de impuesto único como este tendría repercusiones profundas en la economía dominicana:
- Simplificación Fiscal Absoluta: Eliminaríamos la complejidad actual del sistema tributario, donde existen múltiples impuestos (ITBIS, ISR, Impuestos Selectivos, etc.), cada uno con sus propias reglas, tasas y exenciones. Con una retención del 10% sobre todas las transacciones, el proceso de recaudar impuestos sería simple, directo y automático.
- Reducción de la Evasión Fiscal: La evasión fiscal es uno de los grandes males de cualquier economía, y República Dominicana no es la excepción. Con un sistema de retención automática, cada transacción quedaría registrada y, por tanto, no habría manera de evitar el pago de impuestos.
- Incentivo a la Formalización: Este tipo de sistema podría incentivar a más personas y empresas a formalizarse, dado que operar fuera del sistema financiero formal haría imposible realizar transacciones. La inclusión financiera sería clave para asegurar la captación de todas las transacciones en la economía.
- Posible Reducción del Consumo: Es innegable que un impuesto directo del 10% sobre cada transacción podría tener efectos negativos en el consumo, sobre todo en los sectores de menores ingresos. Las personas de bajos recursos sentirían el impacto más fuerte, lo que podría llevar a una reducción en la demanda de bienes y servicios básicos.
Ajustes Necesarios para Mitigar Efectos Negativos
Para que un sistema de impuesto único como este funcione sin generar efectos adversos, como la inflación o una recesión en ciertos sectores, habría que hacer algunos ajustes:
- Tasas Diferenciadas o Exenciones para Productos Básicos: Sería fundamental aplicar exenciones o tasas reducidas en productos esenciales como alimentos, medicinas y servicios básicos para proteger a los más vulnerables. Un IVA diferenciado, como el que se aplica en países como España, podría ser un buen modelo.
- Reembolsos o Créditos Fiscales: Para compensar a las personas de bajos ingresos, se podría implementar un sistema de reembolsos o créditos fiscales anuales, devolviendo parte de los impuestos retenidos a los ciudadanos con menores ingresos, similar a lo que hacen países como Estados Unidos con el «Earned Income Tax Credit» (EITC).
- Exenciones Temporales para Sectores Estratégicos: No todos los sectores económicos pueden absorber una retención del 10% de manera inmediata. Las industrias con márgenes más bajos, como la agricultura o manufactura, podrían beneficiarse de exenciones temporales hasta que logren adaptarse a este nuevo sistema.
- Escalonamiento de la Implementación: La aplicación de este impuesto debería hacerse de manera escalonada, comenzando con los sectores donde es más factible, como las grandes corporaciones, para luego expandirse a otras áreas de la economía.
- Protección para las PYMES: Las pequeñas y medianas empresas (PYMES) podrían quedar exentas durante los primeros años, o estar sujetas a tasas reducidas. Esto incentivaría la creación de nuevos negocios sin cargarles con una pesada carga tributaria desde el principio.
Comparación con Otros Modelos Internacionales
Este tipo de impuesto único no es una idea completamente nueva. En países como Brasil, se han discutido modelos similares para reemplazar sistemas complejos de recaudación con un impuesto directo sobre las transacciones. El reto siempre ha sido el balance entre la eficiencia recaudatoria y los efectos negativos sobre sectores específicos. Sin embargo, al implementar los ajustes antes mencionados, podríamos evitar esos problemas.
Países como India han utilizado la tecnología financiera (Fintech) para ampliar la base impositiva y reducir la evasión mediante sistemas de pago digitales. Aplicar estas soluciones tecnológicas en República Dominicana podría ser una vía efectiva para hacer que este sistema de retención automática funcione de manera transparente y eficiente.
Conclusión: Una Idea a Perfeccionar
La reforma fiscal retirada nos deja con una lección clara: no podemos aplicar medidas impositivas que afecten gravemente a los sectores productivos o carguen desproporcionadamente a las clases más vulnerables. Mi propuesta de un impuesto único, basado en una retención del 10% sobre cada transacción, ofrece una posible solución para simplificar el sistema fiscal y hacer más eficiente la recaudación.
Sin embargo, reconozco que se trata de una idea en desarrollo. Con los ajustes correctos, esta podría ser una herramienta poderosa para transformar nuestra economía, reducir la evasión fiscal y asegurar que cada dominicano contribuya de manera justa al progreso del país. Estoy convencido de que esta es una conversación que debemos tener, y que, con la colaboración de expertos y sectores afectados, podemos perfeccionar un sistema que funcione para todos.
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