Preguntarse qué es el marketing emocional es muy habitual entre los emprendedores, empresarios y marcas que desean conseguir y fidelizar clientes.
Para lograrlo, este tipo de marketing recurre, como su propio nombre indica, a las emociones; a esas sensaciones que forman parte del ser humano y que pueden hacer que sintamos alegría, sorpresa, temor, ira e, incluso, tristeza ante determinadas situaciones.
Marketing emocional: definición
El marketing emocional se puede definir como una estrategia centrada en apelar a los sentimientos y las emociones de los consumidores con la finalidad de establecer un vínculo afectivo con ellos y conseguir que sientan que son parte de la marca o empresa.
No obstante, los objetivos del marketing emocional no acaban aquí, ya que este tipo de estrategia también se ocupa de lograr que los clientes asocien una marca a un estado de ánimo concreto y que el mero hecho de pensar en ella les ayude a sentirse más felices y contentos.
Los fundamentos del marketing emocional
A pesar de que la mercadotecnia es un sector de lo más amplio que engloba estrategias como el marketing olfativo o el inbound marketing, entre otras muchas, en esta ocasión nos centraremos en las características del marketing emocional, que se fundamenta en cuatro pilares básicos que toda campaña debería incluir:
El vínculo afectivo
La misión principal del marketing emocional es despertar las emociones de los usuarios para crear un vínculo entre ellos y la marca o empresa que genere confianza, establezca una comunicación bidireccional y aporte valor a la vida de los consumidores.
El lovemark
Las empresas ya no quieren vender marcas sin más, sino poner a disposición de los consumidores auténticas lovemarks, es decir, marcas que establezcan una conexión emocional y afectiva con los consumidores que los lleven a amarlas, a quererlas, a “engancharse”, a sentirse parte de su filosofía y a ser leales a ellas.
La experiencia
La experiencia es otro de los fundamentos de este tipo de marketing y hace referencia a la capacidad de las marcas para sorprender y deleitar a los usuarios con experiencias de calidad que aporten información de valor y despierten emociones de lo más placenteras.
El contenido
El último pilar del marketing emocional es el contenido, que se puede definir como el medio que utiliza la marca o empresa para hacer llegar el mensaje a su público objetivo.
En el ámbito del marketing que apela a las emociones, los contenidos se pueden transmitir haciendo uso de los textos, las imágenes o los vídeos, entre otros formatos que, sean del tipo que sean, persiguen el mismo objetivo: despertar emociones y reacciones positivas entre los consumidores.
En este sentido, una de las técnicas más utilizadas a día de hoy es el storytelling, que se puede describir como el arte de contar historias que despierten interés en el usuario, establezcan una conexión emocional con él y le animen a interesarse por conocer mejor a la marca y saber más sobre ella.
Marketing emocional. Ejemplos
Cada vez son más las marcas y compañías que deciden aprovechar los beneficios de este tipo de marketing y emplearlo para despertar emociones y sentimientos en los usuarios.
Encontramos un ejemplo de ello en Coca-Cola, una marca que lleva años empleándolo en campañas como #SienteElSabor, que muestra un vídeo con una canción de fondo donde aparecen imágenes que despiertan la felicidad del consumidor a través de la amistad, el amor y la diversión.
Destacan también las campañas de Navidad que, cada año, se cuelan en los televisores de los españoles para relatar historias que transmiten emoción, felicidad, ilusión, empatía y grandes dosis de cariño y solidaridad.
Conclusiones
Al preguntarnos qué es el marketing emocional, podemos afirmar que se trata de una estrategia que persigue humanizar a las marcas y despertar emociones y sentimientos en los consumidores que los lleven a amarlas, a valorarlas y a sentir que forman parte de su filosofía y que juegan un papel importante en su vida.
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